Lo habíamos pasado como niños en Cebú, pero había que seguir conociendo mundo. ¿No? Caroline, otra viajera que conocí en Cebú, y yo decidimos movernos hasta Loboc, en la isla de Bohol.
Es totalmente obligatorio que visitéis el río de Loboc, tiene el color más espectacular que he visto en todo mi viaje, lo tenéis en la story de Loboc en Mi Instagram.
Nos alojamos en Stefanie Grace Paradise Inn que, como su nombre indica, es totalmente un paraíso. Ese bungalow que veis al borde de la piscina era nuestra habitación, 13 euros la noche. ¿No es maravilloso?
En el hotel tienen además unas hamacas con las mejores vistas al río del mundo para pasar una tarde de lo más relajante. Precioso, un lugar de lo más tranquilo. Si buscas desconectar, te aseguro que es medicina.
El viaje fue de lo más cansado, y es que viajar en esos yipnis con el calor y tanta gente pudo con nosotras. Esa tarde la dedicamos a hacer lo que mejor se me da hacer: nada.
En este artículo encontrarás
Qué ver en Bohol
Amanecía un nuevo día en Filipinas, después de un desayuno de lo más completito en el hotel, nos dispusimos a visitar la isla.
Puentes colgante de bambú
Primera parada: Los Puentes colgantes de bambú en Sipatán llamados en inglés Sipatan Twin Hanging Bridge. Da un poco de miedete que al puente le dé por romperse justo cuando tú pasas por encima. Pero no os preocupéis que sigo viva. Detrás mía venía un grupo de españoles haciendo la gracia de saltar en el puente… Nunca he tenido tantas ganas de matar gente. Tranquilos, que ellos también siguen vivos.
Bilar Man-Made Forest
De camino a nuestra próxima visita, pasamos por un lugar alucinante: Bilar Man-Made Forest. Resulta que tú vas en la moto, y sientes el calor filipino hasta que pasas por esa carretera en pleno bosque. Notarás inmediatamente el cambio del clima, hace fresquete, el lugar se oscurece y pasas por un túnel espectacular de árboles altísimos. No dudes en hacer una parada y tomarte tu tiempo para disfrutar de ese sitio sin igual.
https://www.instagram.com/p/BpP32jEBV9i/
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Tarsier Conservation Area
Otra visita obligada es Tarsier Conservation Area. Los tarsier son esos primates diminutos con los ojos grandes. No me los imaginaba tan pequeñitos. Cabrían perfectamente en una mano. La atracción consiste en recorrer un camino vallado en el bosque donde la gente que trabaja allí te sabe enseñar los rincones en los que se encuentran estas adorables criaturas. Si tienes suerte ves alguno con los ojos abiertos y es una pasada. Como veréis en la foto, nosotras fuimos de las afortunadas.
Pangas Falls
Seguimos con nuestro camino hasta llegar a la Cascada Pangas Falls. No es la típica cascada altísima pero sin duda es un lugar lindo de ver. El agua está fresquita y te puedes bañar. Allí no había nadie más que nosotras y una pareja. Me encantan estos lugares paradisíacos sin gente. Sólo por eso os animo a ir y disfrutar de un poquito de soledad en plena naturaleza.
Por cierto, tengo que contar que me caí a lo vídeos de primera… Me asusté un montón porque me dolía mucho el brazo y pensé que tendría que ir al médico e iba sin seguro. Pero Caro, que es la tía más fuerte que he conocido en todo mi viaje, me cogió y me sacó del agua. Me dijo que no era nada y que se pasaría. Tenía toda la razón! Ayyy qué hubiera hecho yo son ella 🙂
Chocolate Hills
Y el Top 1 por excelencia en Bohol son sin duda las Chocolate Hills. Tienes que subir unas cuantas escaleras para llegar al mirador. Es un pelín cansado pero la recompensa está en lo alto. ¡¡Menudas vistas!! Debe haber cientos de colinas de chocolate. ¡Qué espectáculo! Puedes bordear el mirador con lo que verás unas vistas de 360º. Por lo menos estuvimos media hora allí, es tan precioso que no queríamos marcharnos. Mirad qué caritas de felicidad:
Después de aquel maravilloso día volvimos al hotel a descansar y coger fuerzas para la próxima aventura: la isla de Siargao!! Allí me encontré con Jaime, otro viajero solitario que había conocido online. No os perdáis el artículo el próximo domingo!!
Un besote viajeros!
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