Koh Kood: la mejor isla de Tailandia

Al día siguiente nos dirigíamos a Koh Kood (o Ko Kut), nos cobraron 350 bath (8,9 euros) por ir desde el hostel Ben Ja Maideea en Trat a la isla de Koh Kood. Un autobus y un ferry más tarde, llegué por fin a mi primera isla en Tailandia. Nada más llegar me enamoré del lugar.

Cogimos uno de esos songthaew para llegar al hostel (por si no te has leído el artículo anterior, es un transporte típico en Asia. Si habéis visto películas de judíos, son esas camionetas donde llevan a todos los judíos como sardinas en lata). Y bienvenidos a Eve’s House, un hostel con muy buen rollo, tanto que terminé reservando para 4 noches. Tocaba ver lo que sería mi primer dormitorio compartido. La habitación de 16 camas era bastante amplia y podías elegir en qué cama preferías dormir. Los colchones eran muy gruesos y había aire acondicionado.

Tras dejar nuestras cosas y una vez puesto el bañador, conocimos a Annina y a su pareja Esa. Llevaban ya unos días en Koh Kood y quisieron enseñarnos una de sus mejores playas, nosotros la llamamos la playa de Tinkerbell por dos razones: una, porque no sabíamos cómo se llamaba, y dos porque allí se encontraba Tinkerbell Resort. Muy astuto lo sé. Esa playa se convertiría en una de mis playas favoritas en toda Tailandia. No hay apenas gente, cuenta con los perros más preciosos del mundo y es lo suficientemente larga como para que te des un paseo por la orilla de la playa. Tinkerbell es una playa tranquila y paradisíaca, perfecta para mi primer día en una playa de Tailandia. Desafortunadamente no tengo foto pero dejo mapa del lugar y cómo llegar desde Eve’s House.

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Cómo llegar a la playa de Tinkerbell, Koh Kood

¿He mencionado ya que me dan pánico las motos? Pues me tocó subirme en una de ellas por primera vez en Tailandia. La isla es preciosísima pero no cuenta con los típicos «taxis» con los que poder moverse por allí como sucede en el resto de las islas más conocidas. Por ello, lo mas aconsejable es alquilar una moto (300 bath día = 7,6 euros). Es muy cómodo moverse en moto ya que apenas hay tráfico en la isla, el mayor peligro son los perros que están cómodamente acostados en medio de la carretera o incluso pudimos encontrarnos una serpiente. Tengo que decir que no pasé miedo subida en la moto con Scott ya que tenía experiencia. Si no tenéis experiencia, no aconsejo coger moto por muy poco tráfico que haya.

Visitamos otros lugares geniales como sus cascadas: Khlong Chao Waterfall por ejemplo es la más grande. Nada más llegar, Scott no se lo pensó y corrió a tirarse por la liana. Todo un espectáculo. Cuando entras para bañarte, los peces vienen a tus piernas para darte un masaje. Y no cobran ojo, todo un detalle.

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Khlong Chao Waterfall – cascada
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Cómo llegar a Kklong Chao Waterfall – cascada

La segunda cascada es Khlong Yai Ki Waterfall. Pudimos disfrutar de ella completamente solos, fue una gozada, ¿en qué lugar de Tailandia puedes disfrutar de una cascada sólo para ti? En esta cascada puedes tirarte desde arriba si eres de los valientes. Por supuesto Scott no se lo pensó dos veces. Yo, me limité a bañarme.

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Khlong Yai Ki Waterfall – Cascada
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Khlong Yai Ki Waterfall – cascada
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Cómo llegar a Khlong Yai Ki Waterfall

Visitamos también el templo de Koh kood situado al norte de la isla en el pueblo pesquero de Ao Salad.  Allí tenían una estatua enorme de un Buddha sentado al aire libre.

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Buddha sentado, Koh Kood
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Templo en Ao Salad, Koh Kood

Tras alucinar con la escultura de este monje budista, fuimos a otra playa espectacular: Ao Phrao. Me encantó este puente fabuloso en pleno mar, sus aguas turquesas y, de nuevo, la poca gente y tranquilidad absoluta que allí se respiraba. Si buscas soledad en una playa paradisíaca, esta es tu playa. Scott y yo pasamos la mañana en aquella playa y después decidimos ir a comer pescaíto rico.

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Ao Phrao Playa, Koh Kood
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Ao Phrao Playa, Koh Kood
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Gozar en Ao Phrao Playa, Koh Kood
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Ao Phrao Playa, Koh Kood
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Lugar mágico en Ao Phrao Playa, Koh Kood
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Kayak en Ao Phrao Playa, Koh Kood
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Palmeras en Ao Phrao Playa, Koh Kood
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Ao Phrao Playa, Koh Kood
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Hamacas en el agua en Ao Phrao Playa, Koh Kood
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Ao Phrao Paya, Koh Kood
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Ao Phrao Playa, Koh Kood
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Ao Phrao Palya, Koh Kood
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Scott en Ao Phrao Palya, Koh Kood
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Kayak en Ao Phrao Palya, Koh Kood

Dos días después, Annina y su pareja Esa marcharon y Scott encontró trabajo en el mismo Hostel en el que nos alojábamos, así que en mi último día en Koh Kood pude disfrutar de un día en la playa sólo para mí. “Have a nice day» me decía el chico de la recepción cada mañana. Igual es la única frase que sabía decir en inglés pero desde luego una sonrisa te sacaba.

La tarde anterior a mi día en solitario, decidí ir a la playa más cercana al Hostel para saberme el camino al día siguiente, se encontraba a unos 10 minutos a pie, justo en frente del Hotel Cham’s House. Soy malísima en cuanto a orientación se refiere, sino fuera por Google maps no sé qué haría. Pero ni aún con la ayuda de mi mejor amigo Google conseguí no perderme. Terminé perdida en medio de la jungla, con sus sonidos de animales varios y lo mejor, estaba anocheciendo. Seguí y seguí andando porque pensaba, seguro que la playa se encuentra detrás de la siguiente curva. Pero la playa nunca apareció. Estaba tan asustada que terminé dándome la vuelta cual gallina y literalmente corrí hasta la salida. Soy una miedica sí, pasé mucho miedo. Jaja

Terminé encontrando la playa, otra playa bonita, larga y sin gente.  No pude pararme a descubrirla ya que estaba empezando a oscurecer y vista mi escasa noción de la orientación necesitaba tiempo para volver. Así que de vuelta al hotel.

Al día siguiente, desayuné mi café gratis en el Hostel y a la playa con mi ebook. Esta vez no usé Google maps ya que creía conocerme el camino. Error. Y me vuelvo a perder, esta vez por un lugar diferente al del día anterior, ¿cómo es posible?. Ni un alma pasaba por allí, llegué un lugar en el que había que elegir entre 3 caminos diferentes, la primera vez que lo veía. Y no se me ocurrió otra cosa que elegir el del centro. Error, 10 minutos más tarde vuelvo a estar perdida escuchando el sonido de diferentes animales no identificados a mi alrededor, plantas moviéndose y ni rastro de la playa. Y volví a correr en dirección contraria. Qué pringada soy.

Media hora más tarde por fin me encontré en la playa. Estoy prácticamente sola en ella. Di un paseo por la orilla, qué gustazo andar por la arena. Y encontré el lugar perfecto para mí, debajo de unos árboles. Pasé un día perfecto, sola en una playa desierta, leyendo, comiendo, bañándome y disfrutando de algo único. Dándome cuenta que lo había conseguido. Había llegado sola hasta allí, y no me refiero sólo a la playa (que ya era todo un logro), sino a Tailandia en general. Me acordé del miedo que tenía antes de llegar. Me di cuenta que no pasaba absolutamente nada, que Tailandia es seguro, y que era más fuerte y valiente de lo que creía y que la vida es, simplemente maravillosa, y así, me encontré en medio de un anuncio de compresas.

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Playa en frente de Cham’s House
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Playa en frente de Cham’s House
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Playa en frente de Cham’s House

Y pasé uno de mis mejores días en Tailandia. Estaba prácticamente sola allí, tenía algo de picar y mi ebook. Y es que me encanta conocer gente nueva, pero dedicarme un tiempo a solas es otro de los mayores placeres del viajero en solitario (y lo digo así como si llevase toda la vida haciéndolo, xD). Me di cuenta que es genial conocer gente por el camino. Pero los ratos sola son sagrados. Supongo que habrá gente que viaje sola para conocer gente. En mi caso lo hice por saber qué se sentía. No sabía si conocería o no gente, pero no me preocupaba, hacer lo que quiera cuando quiera y ser dueña de mis propias decisiones es lo más.

Me pregunto cómo hace la gente introvertida como yo para conocer a otros viajeros. En mi caso, tuve mucha suerte, se me fueron acercando. No soy de las que se atreve a dar el primer paso. Es una de las cosas que TENGO que aprender a hacer antes de que termine este viaje. Supongo que es cuestión de perder la vergüenza.

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