Era el momento de dejar Bali para sumergirme en la felicidad elevada a la máxima potencia. Vamos, que me fui a Filipinas.
Aterricé en la isla de Cebú-Mactan a media noche y me dirigirí en taxi hacia Mactan Cebu Airport Budget Hotel, que, como su nombre indica, se supone que es para gente escasilla de presupuesto. Y, a estas alturas de mi viaje, os podéis imaginar cómo temblaban mis millones… El caso es que el Hotel, barato, lo que se dice barato, no era. 16 euros la noche por una habitación individual con baño compartido. Y es que, lo primero que tenéis que saber, es que en Filipinas los alojamientos son algo más caros que en Tailandia, Camboya o Vietnam.
A continuación os cuento qué ver en Cebú, no sin antes recordaros que pinchéis en el nombre de cada lugar para ver su ubicación en el mapa. Al final del artículo tenéis un V Í D E O de mi paso por Cebú.
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Monumento a Magallanes
Comenzaba mi día en solitario. Ya que estaba en Mactan, decidí ir a ver el monumento a Magallanes. Para ello cogí el curioso bus filipino llamado Jeep bus o yipni (más adelante en el artículo veréis uno). Se trata ni más ni menos que de antiguos jeeps militares restaurados que los americanos abandonaron tras la Segunda Guerra Mundial. Son fácilmente reconocibles ya que no les falta colorido ni extravagancia. Pero lo que más me impactó sobre los yipnis fue lo siguiente: resulta que tú te subes y, para pagar, le das tu dinero al de al lado, tu dinero viaja por las manos de los pasajeros hasta llegar al conductor, el cual, a la vez que conduce, te da el cambio. Muy Top!!! Eso no podría pasar en España, ¿o sí?
Como hacía un calor de la muerte, decidí que era el momento de un bañito en el mar. No sabía la que me esperaba… Nadie, ni siquiera la recepcionista del Hotel conocía una playa en el propio Mactan. Y es que por lo visto o no hay, o pertenecen a hoteles y tienes que pagar por entrar. Así que me tuve que conformar con estas vistas cerca del puerto.
Moalboal, Cebú
Visto que no había playa por allí, busqué por internet la mejor zona de Cebú. Un taxi y un bus después, llegaba a Moalboal. Bueno, más bien cerca, porque el autobús decidió averiarse justo antes de llegar. Genial… ¿Y ahora qué? En ese momento conocí a Virginia, otra viajera española que viajaba sola, ¡qué ilusión!. Virginia se encontraba con Amy, una china que acababa de conocer en el autobús.
Dónde alojarse en Moalboal
¿A que no adivináis a dónde se dirigían ambas? ¡Resulta que las tres íbamos al mismo Hostel! Qué buenísima casualidad. Así es la vida de viajera. Tu situación cambia en un segundo. Llegamos a Babu Backpacker’s Inn, nada más llegar ya puedes respirar el buen rollo. Cogí una habitación individual por 7 euros la noche. Pero sinceramente, no merece la pena, es una habitación d-i-m-i-n-u-t-a, tiene maderillas a modo de pared y no tiene ni ventana ni baño. Para eso es mejor coger una compartida por la mitad de precio. Eso sí, no tienen taquillas, así que si lleváis algo de valor, mejor elegir otro alojamiento.
Qué ver en Moalboal, Filipinas
Cascada Dao Falls
Acompañada por otras 4 viajeras que viajaban solas, decidimos alquilas unas motos y llegar a esta impresionante cascada llamada Dao Falls. Hasta el camino para llegar es fantástico. Tiene un puente colgante hecho de bambú rodeado de naturaleza por todas partes. Es obligatorio ir si pasáis por Cebú.
Cuando llegamos nos hicieron pagar por el parking y por la entrada a la cascada. Más tarde querían hacernos pagar por un guía. Les dijimos que no queríamos ningún guía y quisieron hacernos creer que era obligatorio. Esto me ha pasado muchas veces ya en mi paso por Asia. Cuando vas a una cascada, a veces hay chicos que te ayudan a llegar y más tarde te piden dinero. Yo siempre lo he dado porque la verdad que soy la patosa del siglo y me han ayudado mucho. Pero no es obligatorio. También es cierto que ellos te ayudan y ya luego te dicen que cuesta dinero…
El caso es que finalmente conseguimos ir solas y sin guía. Que no os timen, ya pagáis la entrada y el camino hasta allí es más o menos facilito. Cansa la vuelta ya que hay que subir muchas escaleras. Os dejo esta foto publicada en mi Instagram y muchas otras que tomé del lugar y de las bonitas viajeras que me acompañaban.
https://www.instagram.com/p/BjT0HUEjx_C/?taken-by=indira_gimeno
Un ratito de paseo después llegas a la cascada, apenas hay gente y el color del agua es azul clarito. Nunca he visto una cascada así.
Algo genial nos pasó en aquella cascada. Allí había una familia filipina comiendo de un montón de tuppers que prepararon. Esa familia adorable nos invitó a todas a probar de los platos. Había una especie de albondigas que estaban deliciosas. ¡Qué familia más maja!
Puesta de sol en Alegría
Llegó el momento de cambiar de lugar. Se nos hizo tarde así que decidimos ir a ver la puesta de sol por la zona de Alegría. Y allí, entre marujeos de chicas vivímos uno de los atardeceres más espectaculares que he visto. Fijaos.
Cenando tacos en Moalboal
El día terminó con una cena deliciosa en Taco Bar, ni me acuerdo cuánto tiempo hacía que no comía en un mexicano. Me supo a gloria. Por cierto, tienen unos chupitos que son para desmallarse de ricos y el dueño es majísimo. No dejéis de ir.
Ver tiburones ballena
Al día siguiente quise cumplir uno de mis sueños. Desde siempre he estado obsesionado con las pelis de tiburones. Me chiflan, así que siempre he querido ver uno de cerca. Ese día nos apuntamos a una excursción bestial con el resto de chicos del hotel. Fue un día inolvidable, no sólo porque allí había un montón de tiburones que nadaban tan cerca que hasta nos rozaban, sino porque nos juntamos un grupo de gente con una sola misión en común: LA FELICIDAD! 🙂
El precio de la excursión fue de 3.000 pesos filipinos (unos 48 euros), incluía nadar con tiburones ballena, comida, fiesta en el barco en las preciosas aguas de la isla de Sumilon y terminar el día en una cascada genial.
Aquí os dejo el vídeo donde podéis ver los tiburones y toda la gente bonita que conocí. No os perdáis el próximo artículo el domingo que viene! Sigo viajando por Filipinas y conociendo lugares increíbles.
Por cierto, la otra cascada que veréis en el vídeo es la de Binalayan Hidden Waterfall, fuimos a última hora de la tarde y la cascada era solo para nosotros. Como veréis los valientes pueden tirarse desde muy arriba!
El lugar en el que está anclado el barco es en una pequeña isla llamada Sumilon Island, conocida por sus aguas cristalinas y por la lengua de arena que se forma una vez baja la marea. Es una real pasada. Otro obligatorio que no os podéis perder!
Ahora sí, espero que disfrutéis del vídeo. ¡Hasta el domingo que viene!
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