Camboya es un país del Sudeste Asiático que limita con Tailandia, Laos y Vietnam. Su capital es Nom Pen, la ciudad con más población del estado.
Sus islas me impresionaron tanto como las croquetas de mi abuela. Es decir, mucho. Si viajas a Cambodia es imprescindible que pases por sus mejores islas: Koh Rong, la segunda isla más grande del país, y su vecina, Koh Rong Samloem.
Ambas están situadas en el Golfo de Tailandia y constan de partes casi desiertas en un estado natural que es una pasada.
El viaje en barco a Koh Rong no se me olvidará, para subir tenías que apoyar el pie en un poste de madera del tamaño de un limón anclado al fondo del mar y de ahí… saltar. Las olas hacían que el barco se alejase de la pasarela, por lo que saltar y no pegarte la ostia era misión imposible. Recuerdo que Xavi y yo pasamos mucho miedo.
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Cómo ir a Koh Rong
Para llegar a la isla de Koh Rong lo mejor y más barato es coger el ferry desde Sihanoukville (una ciudad costera de Camboya a la que tienes, repito, tienes que ir). El ferry se encuentra concretamente a un extremo de la playa de Ou Chheuteal Beach.
Puedes consultar el precio del transporte en estas páginas 12go.asia o Camboticket.
Cuánto cuesta llegar a Koh Rong desde Sihanoukville
Como siempre, buscamos el mejor precio para llegar a Koh Rong desde Otres Beach en Sihanoukville. El precio más alto que nos dieron fue 22 dólares (18,6 euros) incluida la recogida en el hotel y el barco. Xavi y yo lo encontramos por 18 dólares (15,2 euros). Preguntando ahorramos 4 dólares cada uno. Ya sabes lo que dicen, un centavo ahorrado es un centavo ganado. No dejéis de preguntar. Mínimo preguntad en 3 agencias diferentes. Que yo con 4 dólares en Camboya, yo dos veces. Tss..
Os recuerdo que el precio lo pongo en dólares en vez de en riel camboyano ya que en Camboya se puede pagar todo en dólares.
Qué ver y hacer en Koh Rong
Nada más saltar de aquel barco (afortunadamente con vida, porque ese salto tenía lo suyo), te das cuenta que acabas de entrar en el paraíso. Arena blanca, aguas turquesas, puestos de comida y un ambiente de felicidad se apodera de la zona.
Koh Rong tiene para todos los gustos. Por un lado, muchas zonas vírgenes donde los obsesionados por la naturaleza y tranquilidad como yo pueden disfrutar. (Para mí hay pocas cosas mejores que una playa paradisíaca y desierta). Y, por otro lado, tiene lugares para socializar y salir de fiesta.
Así que, te guste el jaleo o prefieras la tranquilidad, Koh Rong es tu isla. A continuación te cuento qué visitar en este pedacito del mundo.
Playas de Koh Rong, Camboya
Kaoh Touch Beach
El llegar a Koh Rong fue como volver a una de las islas maravillosas de Tailandia. Aguas turquesas, arena blanca y palmeras otra vez. Tras dejar las cosas en el hotel, fuimos a dar un paseo por la playa que teníamos justo en frente: Kaoh Touch Beach. Te deja sin aliento, la arena es tan blanca que te dan ganas de coger un puñado y llevarte un poco a casa.
Long Set Beach y Suns of Beaches
Al día siguiente Xavi y yo decidimos recorrer la playa caminando desde Kaoh Touch Beach, pasando por Long Set Beach hasta llegar a Suns of Beaches. Más de una hora andando, pero es un paseo precioso, pasas por una especie de bosque donde tienen los mejores bungalows del mundo. En el camino conocimos a una chica rusa que hacía slackline (equilibrio sobre cuerda) y Xavi quiso probar. La rusa le dio algunos consejos y, adivina qué, no se le dio nada mal.
Paramos a medio camino para bañarnos, tomar el sol, relajarnos y leer. Comimos en el único bar que vimos por allí, ¿adivináis qué? ¡Exacto! Noodles y arroz, un clásico de Asia.
Cuando decidimos continuar la caminata, empezaba a oscurecer. Para llegar a Sun of Beaches tienes que pasar por pura selva, pero el camino es más o menos fácil, y os lo digo yo, que llevo una chanclas rotas de promoción del McDonald de hace más de 10 años. Cuando llegamos, solo nos dio tiempo a echar la foto al atardecer y volver. Volvimos en pleno anochecer, alumbrados solo por el flash del móvil y asustados por la idea de cualquier bicho atacándonos en la oscuridad. Nunca más.
De camino nos preguntábamos si era necesario pagar un tour para ver plancton o bastaba con tirarse una noche al mar (Xavi y yo siempre con conversaciones puramente profundas e intelectuales). El caso es que íbamos caminando por la orilla cuando vimos luces verdes en el agua. No puede ser. ¿Qué es eso? Xavi lo cogió y una pareja que pasaba por allí nos confirmó que aquello era plancton, que nos encontrábamos en la mejor playa para verlo y que, a veces, se podía ver todo iluminado. ¡Wow!
Aquella noche no vimos toda la orilla iluminada pero sí un montón de luces verdes que llegaban arrastradas por la marea. Eramos como niños pequeños. Parando a cada lucecilla verde que veíamos.
Long Beach
La playa más conocida de Koh Rong es Long Beach: una larguísima playa de 7 kilómetros para que tú te pierdas si así lo deseas.
Es más. hablando de perderse. Un hombre se perdió en el tour que nos llevó a esta playa. Se trataba de un señor mayor que venía sólo en el tour. La excursión se alargaba hasta la noche, donde nos tirabamos a un mar negro para ver plancton. Una vez que todos subimos y los organizadores camboyanos hacen el recuento… Faltaba uno! El señor mayor!! Si quieres saber toda la historia, sigue leyendo.
[Cómo llegar a Long Beach en Koh Rong, Camboya]
Snorkel: El Tour desastre de Koh Rong, Camboya
Decidimos coger un tour por 10 dólares (8,4 euros) que consistía en las siguientes actividades: snorkeling, pesca, barbacoa y plancton. Empezaba a las 13:00 y terminaba a las 19:00.
Primera parada: snorkel. Se tira Xavi el primero: “Pero si no se ve nada” dijo. Genial… jaja En el barco conocimos a dos españoles de Alicante: Emilio y Alfonso. Unos cracks, puede que no se vieran los peces más bonitos del mundo. Puede que no se vieran peces, directamente. Pero las risas que nos echamos comentando la jugada fueron suficientes.
Nos dimos un baño y Xavi casi se queda en aquella islita, todos habíamos subido al barco y él fue el único que al que se le ocurrió explorar la isla y llegar tarde. Una vez todos en el barco (o al menos eso creíamos – sí, sí, como os lo cuento…seguid leyendo que la cosa se pone tensa) pasamos a la siguiente actividad.
¡Pesca! ¡Wow! Nunca había pescado! Qué intriga. No veía cañas de pescar por ninguna parte en el barco. Me preguntaba qué método de pesca sería. Y llegó el momento, empezaron a repartir las «no-cañas» de pescar, eran como unos diábolos en dónde enrollaban el hilo de pesca. Qué apañaos estos camboyanos. Por supuesto no tenían diábolos de pesca suficientes para todos. En fin, que ni Xavi ni yo pescamos un mísero boquerón. Así que dimos paso a la siguiente actividad.
Entre medias nos ofrecieron una bandeja de fruta: piña, plátano o sandia. Teníamos tanta hambre que la bandeja quedó reluciente en pocos minutos. Y llegamos a Long Beach, qué ganas de hacer la barbacoa en la playa, no veía el momento. Nos dejaron en medio del mar, por lo que había que bajar con las mochilas a la cabeza y mucho cuidado que no se te mojara nada, especialmente, la cámara.
Casualmente allí había un único restaurante que debía ser de la prima del que conduce el barco. Con 40 personas hambrientas y un único restaurante allí, estos hacen caja todos los días. Si lo llego a saber, hubiera traído algo para picar. Así que nos dejamos el dinero en unos noodles. No estaban mal pero me moría de ganas por la barbacoa playera. El tiempo pasó, nos bañamos y echamos un rato de conversación con nuestros adorables compañeros de tour. No dejábamos de comentar y reírnos sobre lo desastroso que estaba resultando todo. La verdad es que pasamos muy buen rato.
A las dos horas sonó el pito indicando que era hora de volver al barco. ¿Cómo? ¿Y la barbacoa? Y cuando subimos nos dan un plato a cada uno que consistía en arroz blanco frío y seco, un pincho de pollo (de 1 trocito de pollo) y un pincho de verdura, fríos los dos. ¿Es broma, no? ¿Todo este tiempo tenían la comida allí y dejaron que compráramos en el restaurante?
Me comí sólo el pollo. Estaba claro que la comida estaba hecha desde por la mañana y que no te la dan hasta la tarde para que consumas en el restaurante de su prima Paqui. ¿Pero qué gracias tiene la comida fría? ¡Y cómo pueden llamar a eso barbacoa! En fin. Que por algo era el tour desastre.
Más tarde veo que reparten vasos de ron con cocacola para cada uno, oh sí, les perdono lo de la comida. Primero echaron el ron y luego la cocacola, mmm el ron huele fortísimo, y cuando tocaba que me echasen la cocacola, ¿adivinas qué? Exacto, ¡¡no tienen cocacola suficiente!! Osea, que esta gente ni tiene cañas de pescar suficientes, ni te dan barbacoa, hacen que consumas en el bar de la Paqui, y encima ni siquiera traen cocacola suficiente para todos. ¡¡Son un claro desastre!! Pero el desastre gordo estaba por venir…
Resulta que nos llevan a ver plancton, y tal y como les había salido el resto del tour, nos imaginábamos cómo sería el plancton… Una vez parados no pensaba ni tirarme, pero me dijeron «¡Venga Indira!, una vez llegados hasta aquí hay, que tirarse». Y, para mi sorpresa, se veía un montón de plancton. Fue genial, no queríamos salir del agua. Había luces verdes por todos lados. No se veía nada más que el plancton, las miles de estrellas que había esa noche y una tormenta a lo lejos. Menudo espectáculo. De lo mejor que he visto.
Llegó la hora de volver a subir al barco y hacer el recuento, y resulta que les vemos cara de preocupados a los camboyanos y que pasaba el tiempo y no nos movíamos. Entre los españoles nos dimos cuenta de algo, esta mañana había un señor mayor en el barco, viajaba solo, ese señor no estaba allí con nosotros. Y entendimos que estaban buscando a aquel hombre por el mar. No nos lo podíamos creer. No habían hecho recuento al volver de la playa, con lo que estaban asustadísimos pensando que el hombre podía haberse ahogado. Ahora eso sí, tampoco ninguno se echó al agua eh…
El caso es que empezamos a mirar en las fotos que habíamos hecho por la noche por si salía el hombre pero no se veía nada… Alfonso tenía una foto del señor perdido que había tirado durante el día. La fue enseñando uno por uno a todos los pasajeros por si alguno lo había visto. Pero nadie supo nada. Y finalmente nos llevaron a tierra, siendo uno menos en aquel barco…
Jamás supimos que pasó con aquel hombre. Nuestra teoría es que se cogió un barco a modo de taxi en la playa de Long Beach o se quedó dormido (uno de los pasajeros dijo haber visto alguien durmiendo en la playa a la sombra).
Así que sólo espero y confío en que ese hombre esté ahora mismo sano y salvo disfrutando de alguna playa paradisíaca y tomando una barbacoa deliciosa acompañada de un buen ron fresquito con Cocacola suficiente.
Dónde alojarse en Koh Rong
En la isla los alojamientos son algo más caros. Si tenéis un presupuesto ajustado, os aconsejo alojaros en Green Ocean Guesthouse, justo en frente del muelle. Por 10 euros tienes una habitación doble con baño compartido y la zona común tiene estas preciosas vistas.
[Cómo llegar a Green Ocean Guesthouse, Koh Rong, Camboya]
En nuestra primera noche en Koh Rong, paseamos por la calle que bordea la playa de Khao Touch beach, allí encontraréis cantidad de hostels y restaurantes. Llevaba unos días que no me encontraba muy bien, algo de comida debió sentarme mal. Así que cené un croque monsieur, que viene a ser un sencillo a la par que escaso sandwich de jamón y queso acompañado de una ridícula hoja de lechuga y una rodaja de tomate que no me comí. El caso es que se trataba de un local francés en el que la camarera era una crack vietnamita de 15 años. Nos calló genial, de hecho comimos en el lugar por ella. Tenía toda la buena onda del mundo a pesar de que nos dijo que trabajaba día y noche y aún no había podido visitar la isla. Parecía contenta o eso es lo que nos dijo: «es un lugar precioso, why not?» No he visto persona de 15 años más apañada que ella. ¡¡La adoramos!!
Al llegar a la isla cometimos el error de alojarnos en Dragon Den Inn, ¡¡NO VAYÁIS!! Seguid leyendo y os explico nuestra horrible experiencia en aquel Hotel.
Al día siguiente me encontraba fatal, desayunamos una crepe de chocolate y un zumo de naranja natural. A pesar del desayuno delicioso, tuve que ir a tirarme de nuevo a la cama. Me sentía sin fuerza. Me quedé dormida y Xavi se encontró unos bichos en la cama. Me despertó diciendo que teníamos que decírselo al dueño, el cual no pudo darnos otra solución que cambiarnos las sábanas (que además las tuvimos que cambiar nosotros mismos). Esa misma noche, encontramos dos bed bugs (chinches) bastante grandes. Y allí estábamos nosotros, a las 12 de la noche buscando otro lugar en el que dormir.
Por 20 dólares (16,9 euros) nos alojamos en el hostel de al lado, Elephant. Dos camas de matrimonio con sus sabanas blancas. A pesar de tener dos camas grandes, Xavi y yo dormimos juntos, yo me sentía más segura así. Nos picaba el cuerpo entero, era psicológico pero yo no paraba de encender la linterna del móvil para ver si había bichos. Brutal. Terminamos de ver Rapunzel y nos fuimos a dormir. (Sí, Xavi y yo vemos dibujos, ¿qué pasa?)
A las 10 de la mañana debíamos hacer el check out, qué pereza, madrugar, con lo que nosotros hemos sido. Ese hotel era demasiado caro para nuestro presupuesto mochilero. Y, para ser sincera, la habitación no era ninguna maravilla, es más, nos enseñaron una habitación más barata que no podía dar más asquete y olía mucho a humedad.
Volvimos a Dragon Den Inn a que nos devolvieran el dinero de aquel cuchitril infestado de chinches. El hombre, un tal Laurent, que de primeras nos pareció de lo más amigable nos dijo tras ver la foto que le hicimos a las chinches que efectivamente eso eran bed bugs. No parecía nada sorprendido. El hombre sabía que las tenía.
Xavi pidió la devolución del dinero. A lo que Laurent respondió que sólo podía devolvernos el dinero de la última noche. Aquello no nos pareció nada bien, por culpa de su habitación llena de chinches tuvimos que buscar alojamiento en mitad de la noche y, por si fuera poco, ahora tendríamos que lavar todas nuestras pertenencias, incluida la mochila. Estábamos asqueados y nos picaba todo el cuerpo. Le dijimos que pondríamos una mala reseña si no nos devolvía la totalidad. El hombre (un mastodonte de persona) se enervó y dijo:
– «¿Me estáis amenazando?»
Y subiendo el puño siguió:
– «Mira no me amenaces, y menos alguien como tú porque a ti te tumbo.»
La cara que se nos quedó a Xavi y a mi debió ser de «videos de primera» (¿os acordáis de ese programa?, qué guay era). Lo mejor de la mañana fue sin duda la contestación de Xavi:
– «Bueno vale, pues devuélvenos el dinero de la primera noche.»
– «Get the fuck out of here!» gritó Hulk furioso. La estampa era lo más, ese gigante limpiando la barra enervadísimo, y el pequeño Xavi (tiene 22, puedo llamarle pequeño) en plan bueno vale, pues devuélvenos sólo una noche. El Mastodonte dijo que si le poníamos una mala reseña, él podría llamar a nuestra embajada (no veas si fue lejos el tío) o, como un niño pequeño, dijo que contestaría diciendo que nosotros le robamos las sábanas. Pero cómo te vamos a robar las sábanas animal, si nos hemos ido porque tienes chinches! Si es que no piensa, no piensa… Ahí vimos el nivel de este señor. En fin, que le tiré las llaves en la mesa y le dije a Xavi «vámonos». La reacción del hombre de verdad fue exagerada y a mí me dio miedo. Si tiene chinches en su hostel y no quiere devolver el dinero al cliente, lo más normal es que se le ponga una mala reseña. Te la vas a comer Laurent 😉
Koh Rong Samloem
Dónde alojarse en Koh Rong Sanloem, Camboya
Al día siguiente nos dirigíamos a Koh Rong Samloem, Nos alojamos en Harmony Bungalow, muy cerquita del muelle. La habitación doble con baño compartido costaba 10 euros la noche. Es un lugar de lo más relajado, el chico que trabaja allí es lo más adorable, nos ponía siempre la canción de «Despacito» en youtube. La habitación está bien y los baños, pues eso, compartidos.
La isla de Koh Rong Sanloem es mucho más tranquila, con esa arena blanca y playas sin gente. Después de las 9 de la noche no conseguía encontrar comida, todos los bares y hostels me decían que tenían cerrada la cocina… Me tuve que conformar con un zumo y unas galletas de la tienda. Xavi se encontraba muy malito así que nos dedicamos a ver nuestra serie, relajarnos y seguir siendo felices.
Al día siguiente pudimos dar un paseo por la bonita isla. Es perfecta si te apetece desconectar y meditar un tiempo. De camino nos encontramos con unas pequeñajas camboyanas que cogieron a Xavi para que les ayudara a coger unas patatas detrás de una puerta que estaba cerrada. Eran tan bonitas que Xavi accedió. Yo me vi en la cárcel por un momento.
Pensé que mi país se encontraban las playas más hermosa del mundo, sin embargo, he quedado maravillada con la belleza de estás. Sin duda ha sido un viaje muy placentero, espero se hayan divertido mucho, que por lo que cuentan es así. Saludos desde Republica Dominicana
Holaa,
Te sigo por Instagram y qué pasada de viaje y qué playas!!
Acabo de alucinar leyendo tu post con el incidente del hotel. Vaya sinvergüenza!! y encima de que tenéis razón ( si hay bichos hay bichos!) qué no te quieran devolver el dinero. Pues oye muy bien hecho, mala reseña y punto. Qué para eso tenemos la maravilla de internet. Para ir buscando las reseñas de los lugares (de personas reales) para saber si realmente merecen o no la pena.
Besotes
Wuau!! Que aventura!!! he alucinado y me he puesto en tu historia!! ya se que hubieron momentos de tensión pero creo que de eso se trata una verdadera aventura además el paisaje un paraíso total!!
Hola, hola 🙂
Vamos por partes: ¡qué playas más espectaculares y qué envidia más sana me habéis dado! La verdad es que nos mostráis un lugar de ensueño. Qué arena más blanquita. Y la foto atardeciendo de Suns of beaches me ha enamorado por completo.
Llegamos al incidente del hotel: ¿pero cómo puede existir gente así? Vamos, si yo fuera dueña de un hotel y me dijeran dos clientes que han encontrado chinches en la cama se me caería la cara de la vergüenza. Y encima va el hombre y os amenaza. Yo no sé si hubiera aceptado solo el dinero de una noche.
Habéis hecho bien en poner lo que os ha pasado en ese hotel para que si algún lector tiene pensado hacer vuestra misma ruta no vaya nunca jamás. Qué señor más desagradable, por favor. Normal que luego tuvierais picor (aunque fuese psicológico) por todo el cuerpo. Yo no hubiera dormido en toda la noche de los nervios que tendría.
Las peques camboyanas son preciosas. Qué caritas más dulces y graciosas tienen. Gracias por enseñarnos con imágenes vuestra aventura. Eso sí, al chico que trabajaba en Harmony Bungalow le hubiera dicho que basta ya de «despacito». Aish, no puedo con esa canción. 😀
Un abrazo enorme. 🙂
Hola guapa!
Que maravilla de post! Gracias por todos los tips que nos das, tomo nota porque me viene genial para mi futuro viaje a Camboya, espero que pronto!
Que pasada de playas, entre la arena y el agua wow, el paraíso!
Un besazo
Hola!! vaya playas de ensueño!! las fotos son una maravilla pero seguro que no le hacen justicia al sitio, sobre todo si pudisteis disfrutar de la vista del plancton brillando a la luz de la luna. Tuvo que ser precioso. Qué importante es siempre preguntar antes de comprar, reservar o encargar no sea que nos llevemos una desagradable sorpresa por haber pagado de más sin necesidad. Besos!
Hola! Wow! Es un sitio increible, menudas playas! Me gustaria visitar ese lugar, pero esta claro que no ire al hotel de las chinches..que mal…ademásde tenerbque buscar otro sitio, las picaduras y tener que lavar todo, nos os quieren devolver el dinero… pero bueno de todo se aprende y seguro que por lo demás lo pasasteis de lujo! Besos
Quien diría que Koh Rong sería un sitio tan precioso. A mi las playas me han dejado muerta de lo bonitas que son y como de clarita esta el agua. Vuestras fotos son recuerdos que jamas olvidareis y el dormitorio y sobre todo lo que nos hbals la verdad es que me ha encantado. BSS