Si viajáis a Tailandia en busca de paz y tranquilidad, no lo penséis más, Koh Lanta es vuestra isla. En el siguiente post descubriréis qué visitar en la parte centro y norte de la isla, cuál es el mejor medio transporte para moverse por allí y cómo conocer gente. Todo ello a través de mi experiencia personal.
Si vais a viajar a Koh Lanta… ¡seguid leyendo!
En este artículo encontrarás
Cómo llegar a Koh Lanta en Tailandia
Y de Phu Quoc, en Vietnam a… ¡¡Tailandia!! Moría por volver a las mágicas playas del país de las sonrisas. Viajaba sola de nuevo, esta vez, quería visitar la isla de Koh Lanta. Así que… ¡allá vamos! Mochilón a la espalda y al aeropuerto. Los aeropuertos más cercanos a la isla de Koh Lanta se encuentran en Krabi o Phuket. Yo, me dirigía a Phuket.
Mientras esperaba en el aeropuerto, mi maldito móvil se quedó sin batería. El cargador por supuesto lo tenía en la mochila facturada. Ley de murphy… De lujo.
Es ahí cuando aparecieron Javi y su mochila supersónica (como yo la llamaba para burlarme de él). Javi apareció de la nada ofreciéndome su mochila mágica para cargar mi móvil. Yo no entendí nada, pensé: ¿querrá robarme este tío? Sí, soy muy desconfiada. El caso es que decidí vivir al límite aquel día y probarlo. ¡A lo loco! La mochila de Javi era muy top, podías cargar el móvil, guardar el portátil en un compartimento separado, tenía cremallera con cierre (que yo me caigo muerta) y, por si fuera poco, era monísima. Aunque le perdí la pista a Javi nada más subirnos al avión, he decidido compartir con vosotros la mochila perfecta que todo viajero desearía. :-p
Cómo llegar de Phuket a Koh Lanta
El transporte, como es típico allí, llegó lo suficientemente tarde como para preocuparme. Pero no temáis que al final, siempre llega. 900 bath (23,3 euros) me costó el transporte desde mi hotel en Phuket hasta Koh Lanta. Me recogieron en el mismo hotel y me llevaron al barco que haría parada en Phi Phi Island antes de llegar a destino. Qué alegría volver a verte Phi Phi, qué impresionante eres. Mirad:
[wpvideo laDw20Wv]Mi decepcionante llegada a la isla de Koh Lanta
El caso es que llego a Koh Lanta, y me parece la isla más vacía del mundo. Caía el atardecer y la luz comenzaba a desaparecer. Las únicas personas con las que me crucé, fueron los locales a la salida del barco que me avasallaban a grito de: «Tuk Tuk Miss!» «Where you go?» «Miss!! Miss!! Tuh Tuuuuk!!». Un gran agobio nada más llegar.
No era capaz de encontrar el hostel en el que me alojaría: Say Hi Hostel, muy cerca del muelle. 200 bath (5,15 euros) por una cama en habitación compartida. Cuando por fin lo encontré, allí no había nadie para atenderme. Así que pregunté en la tienda de masajes de al lado. La masajista me enseñó ella misma el dormitorio compartido. Nótese que esa mujer no trabajaba en el hostel. Welcome again to Thailand Indira.
En la habitación no había nadie y estaba bastante descuidada, muchas de las camas sin hacer, muy raro todo. Elegí una de las camas y la masajista tiró una manta en el colchón y listo, se fue, sin pedir un duro y sin darme ningún tipo de llave. Me sentí solísima de repente. Al rato apareció una chica, pero era la persona menos amistosa del mundo. Contestaba con monosílabos y pronto me cansé de intentar hablar con ella.
Aplicaciones para conocer gente mientras viajas
Una ayudita para los vergonzosos patológicos como yo. Si no sois de esos que tienen facilidad de acercarse a la gente, internet te lo pone muy fácil. Y es que no era la primera vez en mi viaje que gracias a aplicaciones como Couchsurfing había hecho amigos con los que compartir los mejores momentos de mi aventura.
Allí estaba yo, sola y desamparada, y pensé ¿cuál es la manera más rápida de encontrar a alguien para tomar una cerveza? ¡Exacto!, entrar en Tinder. Craso error… ¿Por qué utilicé Tinder en vez de Couchsurfing? Pues no lo sé, algo me dijo que sería mucho más inmediato. El caso es que funcionó, y en 15 minutos estaba en un bar tomando algo con un tal Chris, alemán, con el que casualmente me había cruzado minutos antes por la calle. Según su descripción en la aplicación, Chris era el típico chico que busca lo que busca en la aplicación: casarse, ¡uy, digo… sexo! Y aunque eso era algo que no pensaba darle al alemán, pensé: igual tiene desparpajo y al menos nos echamos unas risas. Nada de eso. Chris era más seco que la galleta de la fortuna. Me terminé rápido la cerveza para escapar y de pronto, ¡PAM! Cae la tormenta perfecta y tengo que aguantar al chuleta de Chris 2 horas más.
En fin, una vez llegada empapada al hostel, me encontré con Isabelle, de Canadá, majísima, todo bromas y sonrisas. ¡Qué ilusión! Mi noche con ella terminó genial. Ella era pura comedia y buen rollo.
Cómo moverse por Koh Lanta
Moto
Como siempre, lo mejor es alquilar una moto: bueno, bonito y barato. Koh Lanta no tiene mucho tráfico y es de la islas en las que más segura me he sentido montada encima de una moto. (De paquete como siempre).
Bicicleta
Al día siguiente decidí alquilar una bici e irme a conocer la isla yo sola. ¡Muy bien Indira!, como sólo has aprendido este año a montar… La verdad que Koh Lanta es perfecta para ir en bici incluso si eres una primeriza patosa como yo. No tiene muchas cuestas (la mayoría se encuentran al norte de la isla) y cuenta con una carretera amplia donde podéis ir tú, el del tuk tuk y el motorista subido con sus 5 hijos, la madre, la abuela, el cuñado y el vecino, sin problema. Así son ellos, por más que lo veía a mí no me dejaba de sorprender ver hasta 5 y 6 personas en una misma moto. Están Tururú.
Tuk Tuk
Sí, no os preocupéis. En Koh Lanta también podréis usar el Tuk Tuk (vehículo motorizado que usan a modo de taxi). El precio dependerá de lo buenos que seáis regateando. A mí, por desgracia, nunca se me ha dado del todo bien :p
Qué ver en Koh Lanta (centro y norte)
Baantoh Balew
Primera parada: nada más llegar muy cerca del muelle hay un pueblecito de lo más local: Baantoh Balew. Entras por un puente sobre el agua, el lugar lo recorres en 10 minutos pero es obligatorio de ver. Descubrirás cómo viven los locales, todos los niños te saludarán y al final tienen montado un templo de lo más curioso.
Klong Nin beach, Koh Lanta
Más tarde llegaría hasta la playa de Klong Nin beach, una playa larga, preciosa y sin mucha gente. Aparqué la bici y fui a dar un paseo por la orilla y hacer fotos. Un gustazo. El espacio de arena es inmenso, una pasada para caminar y bañarte. Un paraíso de tranquilidad. Cuando volví a coger la bici, me encontré algo parecido a un dragón de komodo lo suficientemente grande como para darme un susto de muerte. Menos mal que él tenía más miedo que yo. Arg.
Long Beach, Koh Lanta
Y seguí para adelante con la bici, tenía que conocer la siguiente playa: Long Beach de Koh Lanta, cuando llegué no pude evitar parar a tomarme un batido de banana. Mmmmm. Qué rico. Tomar un poco el sol y relajarme allí. Es una playa parecida a la anterior, perfecta también para caminar y bastante larga como su nombre indica.
Phra Ae Beach, Koh Lanta, Tailandia
Continúe tan ricamente con mi ruta, llegué a la playa de Phra Ae. Esta playa cuenta con un parque rodeado de zonas verdes donde poder disfrutar de las vistas al mar a la sombra. ¿No es maravilloso?
Lanta Secret Beach, Koh Lanta, Thailand
Seguí mi camino y terminé en Lanta Secret Beach, el atardecer caía y era perfecto. Entre por sunset beach bar y caminé hacia la derecha por la playa para encontrarme con esta preciosidad de lugar que podéis ver en las fotos. Monísimo. Aquello era tan bonito que no podía dejar de hacer fotos y luego tuve que correr con la bici para poder volver con luz.
Volví al hostel tan rápido como pude para que no se fuera la luz, y de repente… ¡Cataplam! ¡Cae toda la tormenta! ¡No me lo podía creer! llevaba gafas y no veía nada. Así que tuve que parar y me quedé así:
[wpvideo aO1ueCcb]Como aquello no tenía pinta de parar e iba a seguir oscureciendo, decidí que tenía que seguir. Envolví mi cámara y mi bolso en la toalla y seguí como pude. Pasé miedete ya que las gotas de agua en mis gafas me quitaban visbilidad. Tardé bastante en llegar pero llegué sana, salva y empapada también. Cuando Isabel me vio no pudo evitar partirse de risa. Y las dos fuimos a cenar y a ver el mercado de noche.
Hasta aquí la primera parte de mi estancia en Koh Lanta. En el siguiente post cambio de alojamiento y me mudo al centro para conocer el resto de la isla. Es ahí cuando empiezo a conocer a un montón de gente y la isla me atrapa.
Que ganas de viajar a Tailandia para conocer tantos paraísos perdidos y eso que me dan miedo los aviones pero cada capítulo que leo me engancha un poquito más. Deseando ya leer el próximo.
Es fantástico, me gusta mucho la web , las fotos son maravillosas y la información de los lugares que estás visitando, además de ser amena y divertida está muy bien enfocada hacia los que como yo soñamos con ir un día a esos lejanos lugares, a las Antípodas ni más ni menos. Un saludo
¡Maravilloso! prometo no perderme el siguiente capítulo. Me gusta mucho tu web por el entusiasmo que pones y lo divertidos que son a veces tus comentarios. La información que nos ofreces de esos lugares les viene de perlas a lo que como yo sueñan con ir algún día nasda nada menos que las Antípodas, un saludo