Au pair: ¿Recomiendo la experiencia?

¿Necesitas aprender inglés pero no tienes ni un duro para costearte el precio exagerado de las academias? Lo ideal sería ir al extranjero. ¿Pero cómo? Si no tengo dinero.

Y es ahí cuando piensas: ¿Y si busco trabajo como au pair en el extranjero?

Eso mismo me pasó a mí, una vez terminada la carrera, no había nadie que me diera trabajo (de lo mío). Las empresas sólo ofrecían contratos de becaria en los que trabajas más que ellos y no ganas “ni pa pipas”.

Enfadada con el mundo, me creé un perfil en un par de páginas de au pair, (en las gratuitas, ni se te ocurra pagar a alguien por algo que puedes encontrar tú solita).

 

La entrevista de au pair

Una vez creado mi perfil, apliqué a varias ofertas de niñera interina en el Reino Unido, concretamente en Oxford. Allí tenía un primo viviendo, por lo que todo me sería más fácil.

Al día siguiente, ya tenía 2 entrevistas por skype. ¡Ay Dios! ¿Qué hago? Si ni domino el inglés ni mucho menos a los niños.

¡Pues qué vas a hacer! Mentir: amplia experiencia en cuidado de niños, me han dejado a cargo de mis primos millones de veces.

En cuanto a pasar la entrevista en inglés… En internet encontrarás cientos de páginas con las preguntas típicas que te harán los padres: Que si por qué quieres ser au pair, que si tienes experiencia, que si sabes cocinar, etc… Tú di a todo que sí y sonríe. Sobre todo no te quedes callado, que se te vea espabilado.

La primera entrevista fue horrible: una madre que no podía domar a sus tres hijas de entre 6 y 11 años. Veía como ella les gritaba y las pequeñas no hacían ni caso. Sugirió que sería genial que las llevara caminando al colegio: “sólo 45 minutos de distancia”, dijo.

Ahá, fantástico… Levántate tú a las 7 de la mañana para llevar a esos tres monstruitos a caminar con la cálida temperatura que hace en esas tierras.

Únicas palabras de una de las niñas: “Qué fea eres”. Genial. Estoy deseando llegar.

Por suerte para mí, la segunda entrevista sería diferente. Se trataba de un sólo niño de año y medio de edad. En el momento de la entrevista sólo vería a los padres. Eran jovencitos y me daban mejores vibraciones. Tras un rato de conversación, les digo que tengo un primo viviendo allí. Casualidad de la vida, resulta que trabaja en la misma empresa que el padre.

Al día siguiente me dicen que les he gustado y me dan 4 días para dejarlo todo e irme a vivir con ellos por un año. ¡Arg!

 

¿Cómo fue la experiencia?

 

Voy a responder en base a mi experiencia y a la de todos los au pair que conocí, que son muchos.

No quiero asustar a nadie, pero la mayoría de au pair que conocí, no estaban contentos con las familias que les tocó y mucho menos con los niños a los que tenían que cuidar…

Pensadlo por un momento, si los niños son adorables, son los familiares quiénes buenamente se los quedan. Cuando es el caso contrario, llaman a un au pair.

 

El caso de mi amiga Pauline

Ella tenía que cuidar a una pequeña de 7 años de edad. Los padres estaban divorciados, por lo que tendría que cambiar de casa constantemente. La niña era… cómo decirlo suavemente, un símil con la novia de Chuky, el muñeco diabólico. Sí, algo así era.

La jornada laboral de Pauline comenzaba supuestamente a las 8:00 de la mañana. La pequeña se despertaba sobre las 7:00. ¿Creéis que iba a esperar a que Pauline se levante? ¡Qué va! Adorable ella, cogía su bici, la plantaba en la puerta de la habitación de Pauline y empezaba a tocar el timbre como una loca.

“Bueno, pero los padres la regañarían”, diréis. Nada de eso. Pauline tenía una serenata de timbre de bicicleta todas las santas mañanas.

Por si fuera poco, a Pauline le daban un listado de tareas de limpieza en la casa… ¡un listado! Es que es para mandarlos a...

En su habitación, Pauline jamás tuvo un armario donde guardar su ropa. Durante los meses de su estadía aguantando a aquel diablo, el armario que el padre prometió montar, seguiría desmontado desde el primer día. La ropa de Pauline estuvo en una silla durante su soñada etapa como au pair.

Una noche, cuando la jornada laboral de Pauline había llegado a su fin, el padre no llegaba y tampoco contestaba al teléfono. Las horas pasaban y seguía sin noticias de aquel señor. Aquel día teníamos una fiesta, y eso es algo que Pauline no perdona. Llamó a la madre explicándole lo ocurrido quien tuvo que venir a llevársela ( a la niña digo, no a Pauline).

Ah sí, el dinero, se me olvidaba lo más importante. ¿Cuánto se cobra como au pair en el extranjero? A ver, depende del caso pero por lo general… poco, muy poco. Unos 300£ al mes. No está “pagao” vaya.

“Ya, ya… pero te dan cama y comida”, pensaréis. Cama sí, que por cierto, incómoda por lo general. Yo tuve que comprarme un cubre colchón acolchado porque sentía todos y cada uno de los muelles. Pero por lo visto, eso es de lo más normal en aquellas tierras.

Ahora comida, me váis a perdonar pero no. Allí comen fatal, en general como au pair pasas más hambre que los pavillos de Manolo. La nevera estará llena de salsas, lo que les falta son cosas a las que echarles las salsas. Ahora, que si te gustan los sandwich de pepino, entronces tranqui que estás a salvo.

[do_widget id=wysija-5]

La experiencia de María

María tenía que cuidar de 3 niños de entre 7 y 11 años. “Fantástico, de esos que no necesitan que estés todo el día detrás,” le dije. ¡Ja! Qué más quisiera, los niños estaban acostumbrados a discutir y gritarse como locos. Al principio pensé que María exageraba, hasta que vimos una grabación. Como cabras… Aquello era un manicomio.

Por supuesto, los padres tampoco eran la simpatía en persona, más bien todo lo contrario. María tenía toque de queda y no podía hacer el más mínimo ruido después de las 8 de la tarde. Todo un drama, lo sé.

Recuerdo más de una noche en la que, debido a su toque de queda, tuvimos que quedarnos a dormir en el coche, incluso en la calle, con la temperatura caribeña que tienen los ingleses… Lo que pasa es que nosotras por aquel entonces, no perdonábamos una fiesta 😉

El  caso es que no hubo un sólo día en el que María disfrutara de su vida de au pair, tanto es así, que de un día para otro, quiso abandonar aquella familia de locos y tuvimos que acogerla en casa.

 

Mi caso

Yo no me puedo quejar, los padres eran majetes y sólo me ocuparía de un peque de añito y medio. (Bueno, era uno pero como si fueran 15, agotador es, las cosas como son).

No tendría que hacer tareas de la casa pero cuidaría del peque de 8 AM a 6/7 PM que llegasen los padres, lo cual es bastante tiempo. Al ocuparme de un bebé, me sería también muy difícil aprender inglés, que a eso habíamos venido, que nunca se os olvide. Vais a aprender inglés, no a trabajar medio gratis ni limpiar la casa de nadie.

Así que pedí un par de mañana libres para ir a clase y me las concedieron. Aunque la mejor manera para aprender inglés es practicar, estudiar por tu cuenta y ver películas en versión original. Aquellas clases no servían de mucho. Practicar, practicar y practicar. Conoceréis gente de todas partes con las que no os quedará más remedio que hablar y divertiros, pero siempre en inglés.

 

¿Recomiendo la experiencia como aupair en el extranjero?

Vamos a lo que vamos, ¿aconsejo trabajar como au pair para aprender inglés?

Teniendo en cuenta la cantidad de au pair que conocí descontentos con sus familias (de verdad, eran mayoría) debería decir que no.

Pero dejadme que os cuente otra cosa: si no me hubiera atrevido a dar el paso, ahora no le habría perdido el miedo a viajar y no hubiera recorrido y vivido en tantos lugares.

Además, por nada del mundo cambiaría la gente que allí conocí: aquellos con los que más inglés aprendes, los que están ahí con una cerveza para hacerte olvidar lo cansado que es la vida de au pair. Hace ya 4 años de mi experiencia y nuestro grupo aún sigue en contacto.

Creces, pero creces del tirón, y te das cuenta lo duro que es tener un niño (por si en algún momento se te ocurre la alocada idea de ser mamá, créeme, lo pensarás dos veces antes :p )

Verás también que eres capaz de cuidar de un peque y de ti misma aún a miles de kilómetros de casa. Que puedes con todo y que eres más independiente y valiente de lo que pensabas.

Así que amiga, si estás dudando entre ser o no au pair en el extranjero, esto es lo que te diré: Seguramente no te toquen los mejores niños del mundo, igual te toca limpiar, puede que los padres no te caigan del todo bien y a veces querrás ahogar a los monstruitos en un charco y que parezca un accidente. Pero los amigos, momentos y experiencia inolvidables… Eso, eso no te ocurra perdértelo. La respuesta es SÍ, te lo recomiendo.

¿Y tú? ¿Alguna vez has trabajdo como au pair en el extranjero? ¿Cómo fue la experiencia?

 

 

 

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *